sábado, 21 de marzo de 2015

Tras tanto tiempo de cambio y desvarío en mi vida he decidido volver para soltarlo todo. Nuevo trabajo, nuevo trimestre, nuevas ilusiones y de nuevo, encierro en la caverna para trabajar lo máximo posible.
La vida me lleva a trabajar en un nuevo área, el autismo, de la mano de las dos personitas más especiales que he conocido jamás, Pablo y Víctor. Y es que me emociono cuando intento describir lo importantes que se han hecho estos dos niños para mí, la luz y la energía que han traído a mi vida.
Siempre pensé que mi campo de trabajo era la animación sociocultural con niños y adolescentes y que nunca podría gustarme nada más que esos dos colectivos. Pues tras un tiempo con mis pequeños creo que mis objetivos laborales han cambiado por completo, quiero traducir este mundo complejo y desconcertante a esas dos pequeñas grandes mentes. Quiero ser traductora para todas esas grandes personitas que deambulan por éste mundo loco que se empeña en hacerles creer que son ellos los que no están adaptados. Y sobre todo, quiero poder aprender de ellos lo sencilla y feliz que puede ser la vida, y poder llenarme de felicidad con cada pequeño gran avance y con cada pequeña gran muestra de afecto y cariño.

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